3 de octubre de 2023

Últimos Tiempos

Como vivir los últimos tiempos

Las profecías católicas sobre los últimos tiempos. La Crisis de la Iglesia

I – CRISIS EN LA IGLESIA

Desde tiempos remotos, casi desde el inicio de la Edad Media, Nuestro Señor, por medio de almas de su especial predilección, advierte, amenaza, previene, anuncia sobre la decadencia de la fe, la prevaricación de sus ministros y la entrada de la abominación en el Santuario.

Santa Hildegarda

(1098-1180)

Brillarán por mucho tiempo, se depravarán en lo sucesivo

Refiriéndose a la crisis religiosa dice:

«Que la justicia, la honestidad de las costumbres y la dignidad de las virtudes restauradas por los profetas después del diluvio hasta la venida de Jesucristo, y después de ellos por los apóstoles y doctores de la Iglesia, que brillarán por mucho tiempo, se depravarán en lo sucesivo: pero que después de aquellos días malos recobrarán su antiguo brillo entre los hombres antes del fin de los tiempos y después de grandes tribulaciones»_

El soberano Juez castigará a los prevaricadores y, sobre todo, a los malos pastores de la Iglesia

Sobre los pastores de almas:

«Tomando a su cargo la causa de la justicia, el soberano Juez castigará a los prevaricadores y, sobre todo, a los malos pastores de la Iglesia, permitiendo que se les despoje de sus bienes temporales, antes de reducirlos por medio de las tribulaciones. Purificado por fin con tantas pruebas, cada orden, eclesiástica y seglar, recobrará su fervor y dignidad primera» (J. Lascoé, págs. 16-17).

San Anselmo de Sunium

(Siglo XIII)

Desgracia a ti, ciudad de las siete colinas, cuando la letra K sea alabada en tus murallas

Refiriéndose a Roma dice: «Desgracia a ti, ciudad de las siete colinas, cuando la letra K sea alabada en tus murallas. Entonces tu caída se aproximará; tus dominadores y tiranos serán destruidos. Tú has irritado al Altísimo por tus crímenes y tus blasfemias, tú perecerás en la derrota y en la sangre» (M. Servant, pág. 281).

San Pedro Celestino

(1251-1296)

Antes que la Iglesia sea renovada, Dios permitirá que el trono de San Pedro sea vacante

Dice lo siguiente:

«Antes que la Iglesia sea renovada, Dios permitirá que el trono de San Pedro sea vacante.

El emperador de Alemania, pleno de confianza en su fuerza y su poder, querrá instituir un Papa de su hechura

El emperador de Alemania, pleno de confianza en su fuerza y su poder, querrá instituir un Papa de su hechura, pero los miembros del Sacro Colegio muy encolerizados se opondrán. Entonces el águila negra levantará un gran ejército, no solo de alemanes, mas también de extranjeros, sus aliados. Este ejército teniendo el águila negra a la cabeza, entrará en Roma donde ella se instalará y pondrá en cautividad un gran número de prelados y de religiosos. Hará morir multitudes por tormentos crueles y diversos…

«Entonces vendrá un hombre que pondrá la paz en la Iglesia y la reerguirá. Este hombre, de solitario eremita que él era, será elegido Papa; y por él Dios renovará los tiempos de los milagros» (M. Servant, págs. 523-524).

Fray Juan de Vatiguerro

(Siglo XIII)

El Jefe Supremo de la Iglesia mudará de residencia

Sobre la persecución contra la Iglesia:

«El Jefe Supremo de la Iglesia mudará de residencia, y será una felicidad para él y para sus hermanos que estarán con él, el poder encontrar un lugar de refugio, en donde cada cual pueda comer con los suyos el pan del dolor en este valle de lágrimas.

«Porque toda la malicia humana se volverá contra la Iglesia Universal; y, en efecto, Ella no tendrá defensor durante veinticinco meses y más, porque durante todo aquel tiempo no habrá ni Papa, ni emperador en Roma, ni Regente en Francia» (J. Lascoé, pág. 90; M. Servant, pág. 307; el texto completo está en el Liber Mirabilis, edición latina de 1524).

Santa Brígida de Suecia

(1303-1373)

Nuestro Señor, en las frecuentísimas comunicaciones que tenía con ella, se queja severamente del estado de la Iglesia, llegando a amenazar de abandonar a los cristianos e irse a los paganos.

Esa es, Padre Mío, la que Yo redimí con Mi Sangre, y recibí por Esposa, pero que ahora tratan de arrebatármela violentamente

Amenazas de Nuestro Señor sobre el estado de la Iglesia:

«Delante de todo el ejército celestial el Padre Eterno dice: ‘Me quejo delante de vosotros de que desposé a Mi Hija con un hombre que la trata muy mal, y le sujeta los pies en un cepo, hasta que se le secan y quedan extenuados’. Respondió el Hijo: ‘Esa es, Padre Mío, la que Yo redimí con Mi Sangre, y recibí por Esposa, pero que ahora tratan de arrebatármela violentamente’. Enseguida, dijo la Santísima Virgen: ‘Vos Padre Eterno, Sois Mi Dios y Mi Señor, y traje en mis entrañas a Vuestro Bendito Hijo, que es verdadero Hijo Vuestro y verdadero Hijo mío. Mientras viví en el mundo hice vuestra voluntad, hacedme merced de apiadaros de Vuestra Hija’. Después decían los ángeles: ‘Vos Sois nuestro Dios y Señor, y en Vos tenemos todo nuestro bien, y no necesitamos otro que a Vos. Cuando nació Vuestra Hija la Iglesia, todos nos alegramos, y ahora con razón podíamos entristecernos porque la vemos en manos de quien tan vil y afrentosamente la trata, compadeceos de Ella por vuestra gran misericordia, pues es mucha su miseria, y no hay quien la consuele, ni la libre, sino Vos, Señor Dios Omnipotente…’» ( Celestiales revelaciones…, págs. 61-62).

Duras palabras de Dios sobre la Iglesia:

«Cerradas están las puertas del tálamo, esto es, de la Iglesia. ¨Qué significan las puertas sino la buena voluntad en el alma? Hállase esta cerrada sin producir ningún bien, mientras llevan a cabo la voluntad de tu enemigo; porque todo cuanto agrada y deleita al cuerpo, esto es lo que se ama y se honra y lo que se publica como santo y bueno, mientras que está puesto en olvido y abandonada Tu Voluntad que es que los hombres deben amarte con fervor, desearte con prudencia y dando por Ti todo con razón…» ( Celestiales revelaciones…, págs. 345-347).

Todos los señores que en el mundo tienen potestad espiritual y temporal… siguiendo cada uno el apetito de su voluntad

San Ambrosio muestra a Santa Brígida el estado de la Iglesia y la cristiandad.

«Por estos gobernadores entiendo todos los señores que en el mundo tienen potestad espiritual y temporal; porque no pocos de éstos aman tanto su propia voluntad, que engolfados en las tempestades y borrascas del mundo, en la soberbia, en la codicia y en los placeres, no atienden el provecho de las almas de sus súbditos y los sigue el miserable vulgo, creyendo ir por el camino recto y de esta suerte perecen ellos, juntamente con sus súbditos, siguiendo cada uno el apetito de su voluntad» ( Celestiales revelationes…, págs. 141-142).

En reiteradas ocasiones Nuestro Señor amenaza con irse a los paganos:

«Y, pues, los cristianos me persiguen con sus malas obras y me echan de sus corazones, me iré a los paganos , que aunque ahora Mi Nombre les es insípido y amargo, llegará a serles más dulce que la miel».

Añade que si los católicos perseveran en su maldad, «vendré a ellos como gigante terrible, fuerte y áspero, porque vendré tan terrible para los cristianos, que ni el dedo pequeño se atreverán a mover contra Mi; tan fuerte, que serán ante Mi como un mosquito; y tan áspero que sentirán un dolor que no tendrá fin» ( Celestiales revelaciones…, págs. 100-101).

Repetición de la amenaza:

«Tomé para mí el linaje de los cristianos, los cuales eran hermosos para la fe, dulces para el amor de Dios y fructíferos por el buen trato. Mas ahora han degenerado de su primitivo estado, y son hermosos por el nombre, pero feos en su trato, fructíferos para el mundo y la carne, pero estériles para Dios y su alma, dulces para sí mismos, pero amarguísimos para Mi; por consiguiente, caerán y serán destruidos».

Aquí, en el libro está truncada la revelación. Continua de la siguiente manera: «Yo escogeré otra hierba algo áspera, esto es, los paganos, los cuales de buena gana se convertirán y me servirán si tuvieran quienes les ayudaran. De esta hierba sacará tanto dulce cuanto necesite para que me llene el colmenar… y crecerá admirablemente hasta llegar a gran hermosura» ( Celestiales revelaciones…, págs. 365-366).

Los cristianos serán espiritualmente siervos de los gentiles

Los cristianos serán espiritualmente siervos de los gentiles:

«Has de saber que todavía tendrán los gentiles tan gran devoción que los cristianos serán espiritualmente siervos de ellos y se cumplirá lo que dice la Escritura, que el pueblo que no entenderá me glorificará y se poblarán los desiertos, y cantarán todos: ‘Gloria al Padre al Hijo y al Espiritu Santo’» ( Celestiales revelaciones…, pág. 412).

Nuestro Señor reitera que se irá a los paganos:

«Escogeré para Mi los pobres, esto es, los paganos menospreciados, a quienes diré: ‘Entrad a descansar en el brazo de Mi amor’; pero a vosotros que deberíais ser míos y los menospreciasteis, vivid según vuestra voluntad, y cuando llegue Mi tiempo, que es el del juicio, os diré: ‘Se os darán tantos tormentos, cuanto fue vuestro amor en querer el placer más que a Vuestro Dios’» ( Celestiales revelaciones…, págs. 530-531).

Admonestación a los que deberían defender a la Iglesia:

«Mi Justicia es firme como un monte, abrasadora como el fuego, espantosa como el trueno y pronta como una saeta.

«Me disteis la palabra de defender a mi Iglesia y de favorecer a los pobres, y tributais obsequios a mis enemigos; arrojais también mi bandera, y enarbolais la de mi adversario.

«Seguidme, pues, sino, seréis derretidos como la cera por medio el fuego. ¨Por qué rasgáis vuestra promesa? ¨Por qué menospreciáis vuestro juramento?» ( Celestiales revelaciones…, págs. 110-112).

Dicen que soy misericordioso, y casi ninguno cree que soy Juez que juzgo justamente

Nuestro Señor le explica a Santa Brígida una visión relativa a la Iglesia:

«Aquel noble ejército real que viste, es la Santa Iglesia que edifiqué con mi Sangre y con la de mis Santos. Y con mucha caridad junté y puse en ella a mis escogidos y amigos. El fundamento de esta Iglesia es creer que soy Justo Juez y misericordioso, pero este fundamento lo han derribado y aportillado el muro, porque todos dicen que soy misericordioso, y casi ninguno cree que soy Juez que juzgo justamente. Me tienen por mal Juez, como lo sería el que de misericordia soltase y diese por libres a los culpados, para que afligiesen más a los inocentes. Pero se engañan, porque aunque misericordioso soy Justo Juez, de tal manera que ni aún el más mínimo pecado dejaré sin castigo, ni el más pequeño bien sin remuneración. Por esta mina y portillo que hicieron en el muro, han entrado en la Iglesia todos aquellos que sin temor alguno me ofenden; y con esto afirman que no soy Justo Juez; y de tal manera maltratan a mis amigos, que les sujetan con cepos como si fueran malhechores. Para mis amigos no hay día bueno, ni consuelo alguno, todo es afligirlos como si fueran unos malvados. Si hablan la verdad que de Mí han aprendido, se la reprueban y les dicen que son engañadores y mentirosos; desean hablar y oír lo que es justo y recto, pero, ni hay quien se lo oiga ni quien se lo diga. Y lo peor es que siendo Yo el Señor absoluto y Criador de todas las cosas, Soy blasfemado, pues dicen los malos: ‘No sabemos si hay Dios, y aunque lo haya, nada nos importa’. Echan por los suelos mi bandera, y la pisan diciendo: ‘¨Por qué padeció Jesucristo muerte? ¨que nos aprovecha a nosotros? Haga lo que nosotros queremos, que eso basta, y no queremos su reino: téngaselo y gócelo El’». Deseo hallar entrada en el alma de estos tales, y ellos dicen: ‘Antes moriremos que dejemos de hacer nuestra voluntad’.

«Ves aquí, querida esposa, cuales son los pecadores. Yo los hice con solo una palabra, y con solo otra pudiera destruir tanto a ellos como a su soberbia. Pero por los ruegos de Mi Madre y de todos los Santos, los consiento y sufro y los quiero convidar con la paz. Si la admitiesen los perdonaré; y si no, los castigaré con rigor en presencia de los ángeles y de los hombres como a ladrones públicos, y todos dirán que es justo el castigo que se les da. Y como a los ahorcados, que después de muertos y hechos cuartos, los ponen por los caminos y vienen los cuervos y les pican y comen, así éstos serán comidos por los demonios, mas nunca serán consumidos. Y como están metidos de pies en un cepo no hallan allí descanso ni sosiego, así estarán ellos cercados de temor y congoja. Un río de fuego entrará por su boca, y aún quedará en ellos vacío para nuevos y mayores castigos cada día. Pero, mis queridos amigos serán salvos y se consolarán con las palabras que salen de mis labios, y verán mi justicia y mi misericordia. Los armaré con el arnés fuerte de un amor y caridad, y de tal manera quedarán vigorosos, que postrarán en el suelo a los blasfemos y malos, como si fueran un poco de barro, y quedarán éstos corridos y avergonzados, experimentando mi justicia, porque abusaron de mi paciencia» ( Celestiales revelaciones…, págs. 41-43).

Beata Catalina Racconigi

(1486-1547)

Una espada, de una sola empuñadura mas de tres láminas

Sobre la crisis y renovación de la Iglesia:

«En diferentes circunstancias la bienaventurada Catalina vio en el porvenir las tribulaciones que deben preceder la futura renovación de la Iglesia. Me recuerdo haberla escuchado decir que ella no vería en su vida mortal las más grandes de estas pruebas. Así en 1543, vio una bella y venerable persona vestida de blanco, que tenía en mano una espada, de una sola empuñadura mas de tres láminas, con la cual amenazaba los pueblos con sangrientas calamidades. Ella comprendió que la persona armada de la espada era la Santísima Trinidad que había resuelto reconducir la Iglesia, por numerosos flagelos, a su primitivo y floreciente estado de santidad.

El flagelo que alcanzaría al clero sería el último, pero, al mismo tiempo, el más terrible

«En esos días ella me dijo con toda simplicidad que el flagelo que alcanzaría al clero sería el último, pero, al mismo tiempo, el más terrible.

«Hacia 1517 — el año mismo en que Lutero, como otro Lucifer, levanta contra Cristo y su Iglesia el estandarte de la rebelión y de la herejía — Catalina, arrebatada en éxtasis el día de la fiesta de los Santos Apóstoles Pedro e Pablo, vio a Nuestro Señor indignado contra los Pastores de la Santa Iglesia: los dos apóstoles intercedían en favor de los culpables y ella se unió a ellos, mas sin ser atendidos. Siete días más tarde, rezando por las personas que le eran queridas, y también por toda la cristiandad, ella se vio de golpe con sus amigos en una barca que el mar en furia amenazaba con sus abismos».

Aquí está cortado el texto que prosigue: «La barca de la Iglesia era lanzada en medio de los escollos bajo el efecto de vientos contrarios, de suerte que ella parecía deber sucumbir de um momento a otro, para perderse en las profundidades del mar, sin embargo, la barca escapaba siempre a este peligro supremo, bien que muchos de los pasajeros se hacían arrancar y desaparecían perdiéndose en las aguas. San Pedro no retiraba los ojos de la barca que guiaba San Gregorio.

Los turcos vendrían. A Italia, la devastarían y ensangrentarían por grandes batallas

«Este espectáculo de las pruebas de la barca Santa le fue dado hacia el fin de su vida. Ella decía en esos días que la renovación de la Iglesia por medio de los flagelos no estaba lejos; que los turcos vendrían. A Italia, la devastarían y ensangrentarían por grandes batallas».

Generalmente los que estudian el tema sustentan que cuando en revelaciones son mencionados los «turcos», es una alusión al comunismo. Es una figura usada para comprensión, o facilidad del vidente. El Venerable Holzhauser, también menciona a los «turcos», mas se entiende que se refiere al comunismo (cfr. M. Servant, págs. 229-232).

Sor Mariana de Jesús Torres

(1563-1635)

Sobre la decadencia de la Iglesia:

Vendrán tiempos amargos en que se habrá dejado el Oficio Parvo, y se habrá debilitado el espíritu. ­Ay! de aquellos que hayan tomado parte en esto!

«El ángel de la guardia le dice: ‘Vendrán tiempos amargos en que se habrá dejado el Oficio Parvo, y se habrá debilitado el espíritu. ­Ay! de aquellos que hayan tomado parte en esto’» ( Vida admirable…, Tomo I, pág. 27).

Nuestra Señora del Buen Suceso: «Este Monasterio será muy perseguido en los siglos venideros, llegando la persecución al extremo del atentar contra la vida de mis hijas. No consiguiendo eso, trabajarán con tenacidad infernal, por su extinción, valiéndose de religiosos y de la autoridad Superior . Sin embargo, como nada pueden los hombres contra las obras de Dios tendré en este mismo solar hijas dignas de mi amor».

Vendrá un presidente verdaderamente cristiano, varón de carácter. Nuestro Señor, dará la palma del martirio en la plaza donde está este convento

María Santísima predice el futuro de la Colonia y del Monasterio:

«En el siglo XIX vendrá un presidente verdaderamente cristiano, varón de carácter, a quien Dios, Nuestro Señor, dará la palma del martirio en la plaza donde está este convento. Él consagrará la República al Divino Corazón de Mi Hijo Santísimo, y esta consagración sustentará la Religión Católica en los años posteriores, los cuales serán aciagos para la Iglesia » (Vida admirable…, Tomo I, pág. 67).

Corrupción de las costumbres por reinar Satanás en las sectas masónicas

Nuestra Señora le anuncia la total decadencia de la fe a fines del siglo XIX hasta más allá de la mitad del siglo XX:

«Al finalizar el siglo XIX y hasta un poco más de la mitad del siglo XX, en la hoy colonia, y en la entonces República del Ecuador se desbordarán las pasiones y habrá una total corrupción de las costumbres por reinar Satanás en las sectas masónicas, las que tenderán principalmente a corromper a los niños de estos tiempos, el sacramento del Bautismo lo recibirán difícilmente, la Confirmación de igual manera, el sacramento de la Penitencia solo cuando permanezcan en las escuelas católicas, las que pondrá el diablo todo empeño para destruirlas valiéndose de pésimas autoridades , el de la Comunión de igual manera.

Habrá muchos y enormes sacrilegios públicos y también ocultos, profanando la Santa Eucaristía

Mas, !ay­, cuánto siento el manifestarte que habrá muchos y enormes sacrilegios públicos y también ocultos, profanando la Santa Eucaristía . ­Cuántas veces en este tiempo robarán en las ciudades hostias consagradas los enemigos de Jesucristo instigados por el diablo para profanar las Eucarísticas Especies! Mi Hijo Santísimo se verá rodado por el suelo y pisoteado por inmundas plantas , y en este mi Monasterio tendrá almas fieles, esposas amantes y fervorosas que Lo desagraviarán con amorosa ternura sufriendo por verlo así odiado por sus ingratos hermanos los pecadores, los cuales parecerán que no tienen corazón humano, y por ello orarán y harán grandes penitencias, de todas maneras, unas llevando la pesada cruz de las enfermedades con las que su Esposo labrará sus almas y se desagraviará de tantos crímenes y sacrilegios cometidos en el mundo. Aún esto procurará impedir el astuto demonio poniendo en la imaginación de mis sufridas hijas ideas desesperantes para hacerles perder el mérito, mas en estos tiempos ya te conocerán a ti y conocerán también los favores que te he dispensado. ­Cuánto amo a las felices moradoras de este recinto sagrado! Y este conocimiento junto con el culto a mi Sagrada Imagen…

La Extremaunción: muchas personas morirán sin recibirlo, ya por descuido de los familiares

«El sacramento de la Extremaunción por este tiempo al que faltará en esta pobre patria el espíritu cristiano será poco acatado y muchas personas morirán sin recibirlo, ya por descuido de los familiares, como por un mal entendido afecto hacia los enfermos y también algunos por ir en contra del espíritu de la Iglesia Católica. Instigados por el maldito demonio, privando a las almas de innumerables gracias, consuelos y fuerza para dar el gran salto del tiempo a la eternidad, así como también algunas personas morirán sin recibirlo por justos y secretos castigos de Dios; el sacramento del Matrimonio , el que representa la unión de Cristo con la Iglesia, será atacado y profanado en toda la extensión de la palabra porque reinante el masonismo entrará, sus inicuas leyes procurando extinguirlo facilitando a todos vivir mal, y propagándose la generación de hijos mal nacidos y sin la bendición de la Iglesia, irá decayendo rápidamente el espíritu cristiano, apagándose la luz preciosa de la fe hasta llegar a una casi total y general corrupción de costumbres; esto unido con la educación laica será motivo de escasear las vocaciones sacerdotales y religiosas; el sacramento del Orden Sacerdotal será mofado, oprimido y despreciado porque en él oprimen y conculcan a la Iglesia de Dios y a Dios mismo en sus sacerdotes; luego el demonio procurará perseguir a los ministros del Señor de todas maneras y trabajará con cruel y sutil astucia para desviarlos del espíritu de su vocación, haciéndolos degenerar en vicios muchas veces, quienes escandalizando al pueblo cristiano, atraerán sobre todos los sacerdotes el odio de los malos cristianos y de los enemigos de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, y con este aparente triunfo de Satanás atraerán inmensos padecimientos a los buenos pastores de la Iglesia y a la excelente mayoría de los buenos sacerdotes, y, al Pastor Supremo y Vicario de Cristo en la tierra, quien prisionero en su Vaticano derramará secretas y amargas lágrimas en la presencia de su Dios y Señor pidiéndole la santidad y perfección de todo el clero del universo cuyo Rey y Padre es.

Casi no se encontrará inocencia en los niños ni pudor en las mujeres

Además en estos aciagos tiempos habrá un desenfrenado lujo el que cautivando un sinnúmero de almas frívolas, [estas] se perderán por ser lazo de pecado para las demás; casi no se encontrará inocencia en los niños ni pudor en las mujeres, y en esta suprema necesidad de la Iglesia callará quien a tiempo debió hablar. ­Oh hija querida!, tu verás esto desde el cielo ya en donde no podrás padecer, pero padecerán tus hijas y sucesoras, esas almas queridas que tú ya conoces y que aplacarán las iras Divinas acogiéndose a Mí en la advocación del Buen Suceso, cuya imagen mía te pido y mando la hagas trabajar para consuelo y sostén de los fieles de ese tiempo (siglo XX) en el que todavía habrá gran devoción a Mi que soy Reina de la Iglesia en varias advocaciones, esta devoción será el pararrayos entre la Justicia Divina y el mundo prevaricador para impedir que se descargue sobre esta culpable tierra el formidable castigo que merece» ( Vida admirable…, Tomo II, págs. 10-11).

El 2 de febrero de 1610 Nuestra Señora reitera el mandato de la confección de la Imagen y dice a Sor Mariana: «… porque está reservado este saber al público en general en el siglo XX cuando la Iglesia se encuentre combatida por las terribles olas de la secta masónica, y la pobre patria ecuatoriana agonizando por la corrupción de las costumbres, el desenfrenado lujo, la prensa impía, la educación laica y los vicios de la impureza, blasfemia y sacrilegio reinando en aquel tiempo de depravada desolación, callando quien debe hablar …» ( Vida admirable…, Tomo II, pág. 23).

En la Fiesta de Corpus, Sor Mariana vio cómo el demonio trabajaría para destruir la fe católica: «Para derribar por tierra el sólido edificio de la piedad cristiana fundada sobre la fe de los hijos de Dios y, para conseguir su intento, se valía de los mismos hijos de la patria que iban perdiendo sus sentimientos de fe que les habían legado sus padres y mayores, y ellos mismos trabajaban para oprimir a la Iglesia en sus congresos impidiendo el culto público, por haberse hecho ya del bando de Satanás inscribiéndose en las logias, vio que esa generación de padres sin fe, deberían ser los hijos ingratos de la Iglesia Católica que la oprimirían sin piedad dando fin a piadosas procesiones, las que atraían bendiciones de Dios, y que este tiempo sería de llanto y dolor para todos los hijos fieles de la Iglesia , que en número serían pocos con sus prelados y pastores, y le mostró la viña florida y hermosa en la que entrando el jabalí pestífero y horrible de la masonería la dejaría arrasada y en completa ruina…

«Vio la mala correspondencia de los ministros del altar a su santa vocación, y la manera indigna con que algunos se acercaban al tremendo sacrificio…» ( Vida admirable…, Tomo II, págs. 83-84).

Venerable Bartolomé Holzhauser

(1613-1658)

Sobre la crisis de la Iglesia dice:

«Dios dejará libre curso a su cólera ya anunciada, incluso en otras partes. No quedarán más que pocos hombres, los reinos serán destruidos, los principados serán aniquilados, las repúblicas disueltas, las gentes distinguidas rebajadas y casi reducidas a la mendicidad. El ‘tigre’ afligirá a la Iglesia y sobre la tierra reinarán la más grandes de las miserias, una miseria que lanzará por todos lados la confusión» (M. Servant, págs. 252-253; ver también Bartholomeus Holzhauser, Geschicht, Augsburg, 1831).

San Luis María Grignion de Montfort

(1673-1716)

La impiedad está sobre un trono

En su famosa Oración abrasada, en la que pide los apóstoles de los últimos tiempos, refiriéndose al estado de la Iglesia, dice: «Desolatione desolata est omnis terra; la impiedad está sobre un trono; vuestro santuario es profanado, y la abominación entró hasta en el lugar santo…» (Tratado de la Verdadera Devoción…, pág. 303).

Fray Calixto

(+1751)

Nosotros hemos abusado del sacrificio, el sacrificio cesará

Esta profecía presenta la particularidad de haber sido pronunciada en alta voz el 3 de diciembre de 1751, al fin de la Misa en presencia de todos los monjes de la abadía de Cluny. Fray Calixto murió al día siguiente sin haber pronunciado otra palabra.

«La venganza de Dios se aproxima, el tiempo urge, penitencia, oh pecadores.

«La iniquidad ha inundado la tierra, que no es sino iniquidad. ¨A qué santos rezaremos nosotros?

«La venganza celeste alcanzará todas las clases.

«Nosotros hemos abusado del sacrificio, el sacrificio cesará.

«Iglesia de Dios, tu gemirás; ministros del Señor, vos lloraréis por nuevas profanaciones.

«, sangre, se beberá Sangre, sangre, se beberá…

«La tierra culpable será purificada por el hierro y devorará aquel que se ha sentado en la iniquidad» (M. Servant, pág. 253).

San Benito José Labre

(1748-1783)

Al Santísimo Sacramento, como cubierto de inmundicias

«Benito — cuenta el P. Marconi, su confesor — me ha hablado también de otras visiones que él tenía, mas siempre para acusarse como tentaciones. Así, él me ha expuesto que veía en fuego ya un lugar, ya otro, de aquellos donde había pasado en sus viajes por Francia… mas los hechos han bien probado que en lugar de tentaciones eran ilustraciones divinas representando en su espíritu el porvenir, bajo la forma de incendios que consumían ora un lugar, ora otro… yo debo acrecentar que más de una vez él me expone que me veía a mí y al Santísimo Sacramento, como cubierto de inmundicias, y diciéndolo, las lágrimas le corrían de los ojos. Él me repite aún estas palabras en su última confesión, y él terminaba siempre diciendo que ‘la sola penitencia’ podía desarmar la cólera de Dios… Me parece que yo no me alejaría mucho de la verdad si el ‘vous’ que usaba entonces el santo dirigiéndose a mi, se tomaba no como personal, mas como calificativo, de suerte que él hubiera querido hablar, no de mi persona en particular, mas en general de los sacerdotes que él veía cubiertos de inmundicias, para significar lo que sucedería en Francia en el orden sacerdotal, sea en lo físico, sea en lo moral».

Eleonora Mazza, abadesa de Monte Lupone, cuenta en carta al P. Marconi, después de la muerte de San Benito, que él hizo saber a las religiosas del monasterio de Santa Clara en Verona «que la Iglesia estaba amenazada de males más grandes aún que aquellos que la afligían y que él no los vería» (M. Servant, págs. 251-252).

Sor de la Nativité

(1731-1798)

Vías y senderos al “anticristo”

Sobre la crisis en la Iglesia:

«Dios me ha hecho ver la malicia de Lucifer y la intención diabólica y perversa de sus agentes contra la Santa Iglesia de Jesucristo. A las órdenes de su jefe, estos malvados, han recorrido la tierra como furiosos, con los designios de preparar las vías y los senderos al Anticristo [*]. Por el aliento corrompido de este espíritu soberbio, ellos han envenenado los hombres, que como otros apestados se han comunicado el mal los unos a los otros, y el contagio se tornó general. Que trastorno. Que escándalo.

————— [*] Por el relato se percibe que es la revolución, prefigura del verdadero Anticristo.

Materia infecta con la cual les tocaba en la frente o sobre cualquier otro lugar de la piel, como para imprimirles carácter

«He aquí, Padre, lo que yo he visto pasar bajo mis ojos. Era Satán en persona, que distribuía a sus satélites, que él hacía cómplices de sus criminales disposiciones, una cierta materia infecta con la cual él les tocaba en la frente o sobre cualquier otro lugar de la piel, como para imprimirles carácter. Estos satélites, así tocados, me parecían inmediatamente cubiertos de una lepra con la cual ellos iban infectar todas las personas que se dejaban tocar por ellos. Esta figura, Padre, tiene relación con el interior y el exterior de la Iglesia; y aunque ella deba tener su perfecto cumplimiento en la Revolución que comienza, expresa bien las disposiciones y los sucesos que la prepararon desde largo tiempo. Son los esfuerzos del infierno para destruir en las almas el Reino de Jesucristo, y perturbar los fieles en el ejercicio de su religión. Estos emisarios del demonio, estos precursores del Anticristo, así se me ha hecho conocer, son los escritores impíos que, por sus sistemas licenciosos y seductores, desde hace mucho tiempo han lanzado los fundamentos de la irreligión que domina la materia infecta, que comunica por todos lados el contagio, y que no es otra cosa que esta impura composición de la impiedad, etc. etc. [*] libertinaje que gana todas partes y que causa todo el mal, bajo el nombre engañoso de ‘filosofía’, que ella no merece jamás.

Los centinelas se han dormido; los enemigos han entrado en el corazón de la ciudad

Mas, Padre, he aquí las palabras que yo escuché muy claramente, y de las cuales yo os pido nada cambiar; ellas me han parecido venir de parte de Dios: ‘Los centinelas se han dormido; los enemigos han forzado las barreras y han entrado en el corazón de la ciudad. Ellos han llegado hasta las ciudadelas, donde han colocado su sede. La potencia de las tinieblas ha extendido su imperio; se ha hecho una sinagoga; ella se ha erguido altares donde ha colocado los ídolos para hacerse adorar, Satán acaba de entrar en su sinagoga, etc., etc. etc.’

————— [*] Estos sucesivos etc. etc. no están explicados y no se sabe si son del confesor de Sor de la Nativité; a lo largo de sus revelaciones se repiten con mucha frecuencia.

Se ha como revestido de los poderes de nuestro Santo Padre el Papa

«Yo he visto una gran potencia elevarse contra la Santa Iglesia. Ella ha arrancado, pillado, devastado la viña del Señor; la ha hecho servir como escabel a los transeúntes, y la ha expuesto a los insultos de todas las naciones. Después de haber injuriado el celibato y oprimido el estado religioso, esta soberbia audaz hoy se ha como revestido de los poderes de nuestro Santo Padre el Papa, del cual ella ha menospreciado la persona y la autoridad… He visto tambalear las columnas de la Iglesia, he visto, inclusive, caer un gran número de los cuales se tenía motivo de esperar más estabilidad… Sí, Padre, entre aquellos que debían sustentarla, se han encontrado cobardes, indignos, falsos pastores, lobos vestidos con piel de corderos , que han entrado en el rebaño para seducir las almas simples, degollar el aprisco de Jesucristo, y librar la heredad del Señor a la depredación de los ladrones, los templos y los santos altares a la profanación…»

Desgracia a los traidores y a los apóstatas. Desgracia a los usurpadores de los bienes de mi Iglesia

«He aquí lo que dice el Señor en su cólera y en la justa indignación que ha concebido: ‘Desgracia a los traidores y a los apóstatas. Desgracia a los usurpadores de los bienes de mi Iglesia, como a todos aquellos que desprecian su autoridad… Ellos incurrirán en mi indignación. Yo fulminaré esta soberbia audaz, ella desaparecerá como el humo que se evapora en los aires, en punición de sus crímenes. Yo le volveré a pedir una heredad esencialmente destinada al mantenimiento de Mis templos y de Mis ministros, así como al alivio de mis pobres. Yo endureceré su corazón. Yo encegueceré su espíritu. Ella cometerá pecado sobre pecado; haciendo el mal ella creerá hacer el bien; y la caída de aquellos que ella embriaga será tanto más profunda y tanto más funesta cuanto ellos se habrán elevado más alto por su orgullo’» (Soeur de la Nativité, págs. 260-265).

Nuestro Señor Jesús Cristo lloraba

Nuestro Señor se queja de los escándalos eclesiásticos:

«Los crímenes de los cuales parecía más tocado, y que El lloraba con más amargura, eran las infidelidades, las prevaricaciones y los escándalos de los malos sacerdotes y de todos los eclesiásticos que por sus desórdenes y su vida escandalosa, profanan los sacramentos, deshonran su sacerdocio y hacen blasfemar su Santo Nombre…» (Soeur de la Nativité, pág. 271).

Más adelante dice:

«Jesucristo lloraba entonces por la ofensa de Dios, por la desolación de la Iglesia, por la extinción de la fe y de la caridad; por la pérdida de las almas y la desgracia de los reprobados, de los cuales el infierno se llena, pese a todo lo que El ha hecho por su perseverancia».

Se há encontrado em Minha Igreja Judas que Me têm atraiçoado e vendido

Nuestro Señor le dice:

«Hija mía, ¨lo creerás tú? se han encontrado en Mi Iglesia Judas que me han traicionado y vendido: Yo he sido abandonado, Yo he sido renegado de nuevo; se ha librado a Barrabás y se me ha condenado a muerte. Yo he sido cruelmente flagelado y coronado de espinas. Se me ha cubierto de vergüenza y de oprobios; se me ha conducido al suplicio para ser crucificado por segunda vez… ¨Qué castigos merecen tantos y tan sangrientos ultrajes? Sin embargo, Yo he escuchado las preces de mi Iglesia, sus gemidos y sus suspiros, Me han hecho violencia, y Yo he resuelto abreviar el tiempo de su exilio…» (Soeur de la Nativité, págs. 272-273).

Sor de la Nativité exclama:

«­¡Cuantas veces he escuchado las quejas de Jesucristo por diferentes motivos relativos a Su Iglesia!» (Soeur de la Nativité, pág. 274).

Por la extinción de la fe en los católicos El se iría a los paganos

En otra visión Nuestro Señor le dijo a Sor de la Nativité que por la extinción de la fe en los católicos El se iría a los paganos, que pese a no ser bautizados se sentían atraído a conocerlo y adorarlo, además, de una germinativa admiración. Él le dijo así: «Mi gracia y mis luces son quitadas a aquel que abusa, para pasar a aquel que se hace más digno, y, por la misma sustitución, mi religión pasa de una nación a otra…» (Soeur de la Nativité, Tomo I, pág. 301).

Esta herejía, tendrá un aire magnífico y muy importante de bondad, de humanidad, de beneficencia, y hasta de religión

En los últimos tiempos se levantará una falsa religión contraria a la unidad de la Iglesia. Dice Sor de la Nativité:

«Esta herejía hará una devastación, al punto que yo no creo que haya habido una tan funesta… Ella será acreditada, encontrará partidarios, por todos lados, tendrá grandes sucesos, extenderá lejos sus conquistas, y parecerá envolver todos los países y todos los estados, en los que ella tendrá un aire magnífico y muy importante de bondad, de humanidad, de beneficencia, y hasta de religión, lo que será una trampa seductora, para un gran número aún.

«Sus sectarios, para tener mayores resultados, afectarán al inicio un gran respeto por el Evangelio y la catolicidad; aparecerán libros sobre espiritualidad, que serán escritos por ellos con un color de devoción, y llevarán las almas a un punto de perfección que parecerá elevarlas hasta el tercero cielo. Tampoco se dudará de la santidad de sus autores ni de sus partidarios, que se los pondrá por encima de los más grandes santos, quienes, según ellos, no habrán hecho sino desbastar [el camino de] la virtud…»

Ellos tendrán altares y templos

«Ellos tendrán altares y templos donde sus sacerdotes tratarán de imitar los ministerios, las ceremonias y el sacerdocio de la religión, en las cuales ellos mezclarán una cantidad de circunstancias extravagantes y supersticiosas, invocando, o más bien, profanando el santo nombre de Dios… Ellos remedarán los sacramentos; al principio ellos bautizarán en nombre de las Tres Personas Divinas, pero después cambiarán el orden de las personas y en seguida las quitarán para substituirlas por algunos de sus santos…

Religión fundamentada sobre los placeres de los sentidos

«Estando su religión fundamentada sobre los placeres de los sentidos, despreciarán interiormente la vida crucificada, la mortificación, el sufrimiento…

«El ridículo que ellos tratarán de lanzar sobre los cristianos que todavía habrá, hará caer y apostatar un gran número; porque esta especie de persecución es tanto más terrible cuanto que ella es fortificada por el respeto humano, el amor propio, una falsa vergüenza, y sobre todo por las pasiones que nos llevan siempre del lado que más les favorece.

Ellas eran religiosas. Ejercerá por ellas prodigios que fascinarán

«Para mejor fingir las santas instituciones de la Iglesia, ellos establecerán pretendidas religiosas, que se consagrarán de palabra a la continencia, y se mostrarán por excelencia las esposas de los Cánticos o las esposas del Espírito Santo. Ellas serán de un gran socorro para la obra del demonio; él las tornará de una belleza arrebatadora, ejercerá por ellas prodigios que fascinarán a todos los ojos y harán mirar estas vestales como divinidades. Las revelaciones, las predicciones del futuro, los éxtasis, los arrobamientos en cuerpo y alma los tendrán frecuentemente y bajo los ojos de todos. Se escuchará hablar de prodigios y de milagros de los ministros del error que, de su lado, no harán menos esfuerzos para ilusionar al pueblo con cosas sorprendentes, donde el demonio entrará muchísimo, hasta que después de su muerte, él los elevará en el aire en globos de fuego, a fin de hacerlos adorar como dioses inmortales. También se pintarán sus imágenes en los templos, y se dirá altamente que una Iglesia que produce semejantes milagros es mucho más santa que la anterior» (Soeur de la Nativité, Tomo II, págs. 10-14) [*].

————— [*] Sor de la Nativité dice que esta nueva religión aparecerá hacia el fin del mundo, y en las vísperas del anticristo, que nacerá de una «religiosa», de esta secta; presenta muchas semejanzas con la «Iglesia nueva» de los grupos «profeticos».

—————

Venerable Isabel Canori Mora

(1774-1825)

La dama venerable reducida a un estado tan humillado

El 15 de diciembre de 1815 tuvo una visión en que la Iglesia le fue mostrada «bajo la forma de una dama venerable, bella y cubierta de ricos ornamentos, mas llena de tristeza; ella dirigía a Dios ardientes súplicas por sus hijos desgraciados, y en particular por los sacerdotes seculares y regulares. Dios irritado rechazaba sus oraciones y le decía: ‘Toma cuidado con Mi Justicia y juzga tu misma tu causa’. Entonces ella empalideció, con sus propias manos comenzó a despojarse de todos sus ornamentos; y he aquí que tres ángeles ejecutores de los decretos divinos le quitaron sus vestimentas de gloria. La dama venerable, reducida a un estado tan humillado, siente que sus fuerzas la abandonan, ella tambalea y está a punto de caer, el Señor no lo permite. Él le vuelve a dar un nuevo vigor y levanta la cabeza de la ilustre matrona que, entristecida y abatida por causa del abandono de sus hijos, parecía estar en profundas tinieblas.

Dejando las tinieblas de sus errores, ellos correrán hacia la luz del Evangelio, confesando la fe de Cristo

De pronto, el Señor la cerca con su gloria y le comunica algo de su esplendor; entonces ella proyecta poderosos rayos de luz hacia los cuatro puntos de la tierra, realizando los más admirables prodigios. Deslumbrado por este brillante esplendor y como despertados de un profundo sueño, los habitantes de la tierra se levantarán, y dejando las tinieblas de sus errores, ellos correrán hacia la luz del Evangelio, confesando la fe de Cristo, y se apretarán en multitud alrededor de la ilustre dama que parecía más bella, más gloriosa que antiguamente. Alrededor suyo, entonces, se levanta un templo majestuoso, sostenido por seis poderosas y sólidas columnas, adonde los pueblos acudían profesando todas la fe cristiana…» (M. Servant, pág. 631).

«El 8 de diciembre de 1820, fiesta de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen, el Señor revela a Isabel las tramas urdidas en la propia Roma, por los impíos, para destruir la religión católica.

Orden dada a los santos apóstoles Pedro y Pablo de transferir la cátedra apostólica

El le declara que va a herir a los hombres con un castigo terrible y que, para no detener los golpes de su justicia, El estaba resuelto a no aceptar las oraciones y los sacrificios de sus almas de predilección… orden dada a los santos apóstoles Pedro y Pablo de transferir la cátedra apostólica» (M. Servant, pág. 539).

Beata Ana María Taigi

(1769-1837)

Oh Roma, Roma. Hijos criminales … Pero cuando Mi Padre Celestial dé la orden… verás como terminará Roma.

Sobre la crisis de la Iglesia:

El 31 de agosto de 1816, ella oye de Nuestro Señor:

«Oh Roma, Roma. Hijos criminales. ¨Ignoráis el bien que os hice?… Tomo nota de vuestra respuesta… Pero cuando Mi Padre Celestial dé la orden… Amada Mía: verás como terminará Roma.

«Sabe que ahora caen como la nieve las almas en el infierno… que lloren y sollocen amargamente… No se puede llamar ya a Roma la Santa… Tú los ves, lo ves claramente con tus propios ojos… Viven como bestias. Los hombres… No buscan aquí abajo más que el lujo, placeres y satisfacciones… y se dejan llevar de toda clase de deseos culpables… Y muchos se me quejan todavía de no poder llevar el peso de sus miserias. Pero si yo pudiera hablarte… quisiera abrirte Mi Corazón… Me vengaré… en ellos» (Mons. Sallotti, págs. 169-170) [*].

————— [*] Este texto da la impresión de estar muy truncado; no se explican esas continuas interrupciones con puntos suspensivos; inclusive hay frases que, de ese modo, no parecen formar nexo. —————

Según el Cardenal Sallotti, que tuvo acceso a todas las actas del proceso de beatificación, Nuestro Señor le mostró las tramas de las fuerzas secretas contra el alto clero. En una ocasión Él le dirigió palabras de fuego contra los sacerdotes que contaminaban los altares. Ella vio también el futuro castigo y al fin el triunfo de la Iglesia; Dios quiere purgar la tierra y su Iglesia, para lo cual está preparando una plantación nueva de almas desconocidas que operarán grandes y sorprendentes milagros (Mons. Sallotti, págs. 300-340).

Un testimonio inesperado

(1879)

En un exorcismo, el 14 de febrero de 1879, el demonio se vio obligado a declarar: «Desde el Pontificado de Pío IX la Iglesia entró en una nueva fase de dolorosas pruebas. La Iglesia Militante tendrá que sufrir siempre un doble mal: exterior, por la persecución de sus enemigos; interior por la perversión de sus miembros. Desde Pío IX ese doble mal creció continuamente, debido a un asalto extraordinariamente fuerte sobre la tierra por parte de los espíritus infernales.»

Después dijo: «Yo tengo más servidores que la Virgen de ustedes. Para ustedes — agregó — Ella es toda misericordia, para nosotros terrible; más terrible que su Hijo» ( Victoria de la Inmaculada — Relatos de exorcismos, Viena, 1968, págs. 22 y ss.).

San Juan Bosco

(1815-1888)

Los libros son armas también

Sueño sobre las luchas y los triunfos de la Iglesia:

«Parecíame que estabais conmigo sobre una roca en el mar. En la dilatada llanura de las aguas había una verdadera nube de barcos dispuestos en orden de batalla y con las proas terminadas en afilado espolón, que hiende y traspasa cuanto a su paso se encuentra. Están provistos de cañones y cargados de fusiles y armas de toda clase, de municiones y explosivos, y también de libros, porque los libros son armas también.

Dos fuertes y altísimas columnas: Auxilium Christianorum e Salus Credentium

«Todos avanzaban contra un acorazado mucho más grande que ellos, con intención de atravesarlo con el espolón, incendiarlo o causarle el mayor daño posible. A esa majestuosa nave, provista de todo, hacen escolta tres navíos, que obedecen a sus órdenes y maniobran, y evolucionan para defenderla de la flota enemiga. El viento les es contrario y el mar agitado parece favorecer al enemigo.

«En medio de aquel mar sin límites se elevan dos fuertes y altísimas columnas, poco distantes una de la otra. Una de ellas se ve coronada con la estatua de María Inmaculada y la inscripción: AUXILIUM CHRISTIANORUM. Sobre la otra, más alta y gruesa se ve una hostia de tamaño proporcionado a la columna, con otra inscripción que dice: SALUS CREDENTIUM.

«El general y jefe de la nave capitana, que es el Romano Pontífice, viendo el furor de los enemigos y la desventaja de sus fieles seguidores convoca en consejo a los capitanes de las otras naves para ver lo que debe hacerse. Todos los pilotos suben a bordo y se agrupan en torno del Papa. Celebran sesión, pero como el viento arrecia por momentos, cada uno marcha de nuevo a gobernar su nave.

«Calmado el vendaval, el Papa vuelve a reunir sus pilotos, mientras la nave sigue su rumbo. Pero de nuevo se desencadena otra terrible tempestad, y él, gobernando el timón, procura con todas sus fuerzas arrimar su nave a las columnas mencionadas, de las cuales penden numerosas anclas y fuertes garfios unidos a gruesas cadenas. Las naves enemigas se dirigen en masa al asalto, y tratan con todos los medios de abordarla y hundirla, unas con periódicos y libros, sustancias inflamables, que arrojan a bordo, otras con cañones, fusiles y espolones. El combate hácese cada vez más encarnizado. Las proas enemigas chocan violentamente contra la nave papal, pero son inútiles sus esfuerzos y embestidas. En vano tornan una y otra vez a su intento y gastan energías y municiones: la gran nave sigue avanzando segura en su camino. Sucede alguna vez que por la violencia de los golpes se abren profundas y anchas brechas; mas apenas aparece el daño, desciende un soplo desde las columnas y se cierran las brechas, haciéndolas desaparecer. Y estallan los cañones de los asaltantes y se revientan sus fusiles, lo mismo que las otras armas y los acerados espolones; se resquebrajan y muchos de ellos se hunden en el mar. Entonces los enemigos furiosos, van al abordaje y comienzan a combatir con armas cortas, se traba feroz batalla entre rezos y blasfemias, preces y maldiciones.

«Mas he aquí que el Papa, herido mortalmente, cae en el suelo. Sus acompañantes acuden a levantarlo. El Papa es herido por segunda vez, cae y muere.

«Un grito de alegría y victoria resuena en la escuadra enemiga. Pero su gozo no dura mucho tiempo, porque aquel Papa es reemplazado por otro. Reunidos los pilotos se han dado tanta prisa en elegirle, que la noticia de la muerte del Papa llega al mismo tiempo que la de la elección del Sucesor. Los adversarios empiezan a desanimarse. El Papa, sorteando y venciendo toda clase de obstáculos, guía la nave hacia las columnas; al llegar en medio de ellas, las ata, con una cadena que colgaba de la proa, a la columna que tenía encima la hostia. Y con la otra cadena la ata a la columna que tiene encima la imagen de la Virgen María.

«Sucede un gran desconcierto en el campo enemigo. Todas las naves que hasta entonces habían combatido contra la que guiaba el Papa, huyen, se dispersan, se embisten entre sí. Se van a pique, mientras procuran hundir a otras. Algunas navecillas que habían combatido valerosamente al lado del Papa son las primeras en anclar junto a las dos columnas.

«Y otras que se habían mantenido alejadas del combate, permaneciendo a la expectativa , una vez perdidos en los remolinos del mar los últimos restos de la escuadra enemiga, a toda velocidad corren en dirección a las dos columnas; y cuando llegan a ellas, se sujetan en las áncoras que penden de las mismas y permanecen seguras y tranquilas junto a la nave del Papa» ( Biografía y Escritos de San Juan Bosco, págs. 630-632).

Sobre María Auxiliadora y los tiempos que corren:

Cuando San Juan Bosco quiso construir una Iglesia en honra de Nuestra Señora (por orden de Ella), dijo: «La llamaremos María Auxiliadora… Hasta ahora hemos celebrado con solemnidad y pompa la fiesta de la Inmaculada Concepción, y lo seguiremos haciendo. Pero, además, la misma Virgen quiere que La honremos con el título o advocación de ‘Auxiliadora’; los tiempos que corren son tristes, tenemos verdadera necesidad de que la Santísima Virgen nos ayude a conservar y defender la fe cristiana como en Lepanto, como en Viena, como en Savona y Roma… (Esta invocación sus alumnos notaron que él la comenzó a difundir a partir del año 1860)» (Biografía y escritos de San Juan Bosco, pág. 189).

Santa Gema Galgani

(1878-1903)

Pecados y sacrilegios con que Me ultrajan los Ministros de Mi santuario

Ella decía: «Son necesarias víctimas para impedir el gran castigo que nos amenaza».

El Pentecostés de 1902, en una gran visión, el Señor le mostró la desgracia de la Iglesia y de sus servidores. Él ya le había dicho en octubre de 1901: «Hija Mía, ­qué de ingratitud y malicia hay en el mundo! Los pecadores viven impenitentes y endurecidos en sus faltas. Mi Padre no puede soportarlos más. Las almas viles y débiles no hacen ningún esfuerzo para dominar la carne, las almas afligidas se desconciertan y desesperan; las almas fervorosas se entibian cada vez más; los servidores de Mi Santuario…; la indiferencia crece día a día y nadie se corrige».

En mayo del mismo año Gema fue absorta en un éxtasis y el Señor le dijo: «Yo tengo necesidad de una gran expiación, sobre todo por los pecados y sacrilegios con los cuales me ultrajan los Ministros de Mi Santuario. No eran los ángeles que rodean Mi altar, cuantos Yo hubiera ya aniquilado».

Ella se ofreció como víctima y murió el sábado Santo de 1903 (cfr. B. Sánchez, págs. 86-87).

San Pio X

(1903-1914)

Todo el mal depende de nosotros, sacerdotes

Mientras daba una audiencia entró en una somnolencia misteriosa, cuando volvió en sí, exclamó: «Esto que veo es horroroso. ¨Seré yo? ¨Será mi sucesor? Lo que es seguro es que el Papa dejará Roma, y para salir del Vaticano, le será necesario pasar sobre los cadáveres de sus sacerdotes» (M. Servant, pág. 244; A. Marty, pág. 78).

Al Canónigo Thellier de Poncheville, San Pio X le dijo: «Todo el mal depende de nosotros, sacerdotes… Si todos estuviesen inflamados de un celo de amor, bien pronto la tierra entera sería católica» (M. Servant, pág. 80, nota 1 — apud «La Croix de Paris», 1904, número del 26 de mayo).

Madame Royer

(1841-1924)

Un anciano vestido de blanco

Sobre la Iglesia:

«Visión de peldaños de piedra: a cada extremidad de los peldaños, hay personas de pie, revestidas de vestimentas diferentes, entre las cuales vestimentas sacerdotales. En lo alto, en la cumbre, un anciano vestido de blanco (el Papa). En medio de los peldaños, El Cordero sobre una cruz, inmolado, aureolado de rayos. Nuestro Señor dirige algunos reproches a estas personas que no deberían ser sino uno con el Cordero, tener el mismo espíritu, las mismas virtudes. Después el Cordero desapareció y en su lugar, una canastilla llena de tallos de flores cortadas, destrozadas, una inundación cubre todos los peldaños… Los peldaños serán nuevamente ocupados» (A. Marty, págs. 89).

Sor María Angélica Millet

(1879-1944)

El sacerdocio entró en el secreto de satán. La franc_masonería sacerdotal

Respecto del estado de la Iglesia, Sor María Angélica tiene, en 1919, una revelación de Nuestro Señor: «Es horroroso lo que Él me dijo y me muestra la franc-masonería sacerdotal. Él estaba tan triste. Triste hasta dejarme ver las lágrimas en sus ojos diciéndome: ‘Yo tengo sacerdotes coaligados contra Mí. El sacerdocio entró en el secreto de Satán, él me libra a su odio y Mi corazón es de nuevo traspasado por él…’» (M. Servant, págs. 84-85).

Lipa — Mensaje de Nuestra Señora

(1948)

que ayuden a propagar la devoción para conmigo

La Santísima Virgen se apareció muchas veces a una joven religiosa del Carmelo de Lipa, en las Filipinas, como Medianera de todas las Gracias. En testimonio de la veracidad de estas apariciones, Ella hizo caer una lluvia de pétalos de rosa sobre el Carmelo y fuera de él; mucha gente los vio, millares de personas corrieron al lugar de las apariciones; el obispo, reacio a dar crédito a este hecho sobrenatural, decidió prohibir la afluencia a tal lugar y cuando estaba sentado en su escritorio para escribir la prohibición, éste fue cubierto de pétalos de rosas. El prelado desistió de su propósito y dejó que el mensaje de Nuestra Señora continuase su curso.

El mensaje de la Virgen fue dado el 12 de noviembre de 1948. Nuestra Señora con afecto, y mucha tristeza, dijo a la religiosa: «Los hombres no creen en mis palabras. Reza por los sacerdotes. Lo que aquí pido es la misma cosa que ya pedí en Fátima. Decid eso a los hombres. Ellos no creen en mi y no me dan lo que suplico. Decid a las hermanas que deseo que ellas ayuden a propagar la devoción para conmigo. Decidles que hagan penitencia por aquellos que no creen. Si los hombres vinieren a rezar y pedir gracias, deja que ellos vengan directamente a mí, y no por medio de ti. Tu debes revelar estas cosas. Esta es mi última aparición en este lugar».

Después de estas palabras, la Virgen dio su bendición a la religiosa y a toda su comunidad, desapareciendo luego (cfr. R. Ernst, págs. 129-136).

Fuente: bastioncatolico.wordpress.com


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